Los que ya teneis blog o escribís en otros medios ya debeis saber lo que se siente cuando alguien reacciona por algo que tu has escrito. Para mi es gran novedad. Mi propósito de esta entrada de hoy es trasmitir la emoción que me han provocado los comentarios recibidos.
Quien haya visto la peli el Milagro de Ana Sullivan, no olvidará ese momento en que ese desgraciado ser ciego, sordo y mudo, desconectado en fin, establece en su cerebro la relación entre el objeto y la palabra que lo enuncia y se produce el fenómeno: pronuncia la palabra, nombra, se comunica, SE PRODUCE LA CONEXIÓN. Abre un capítulo inmenso de su vida al que cada día añade vertiginosamente nuevas palabras, nuevos valores, nuevos conocimientos, nuevos sentimientos. Esa escena siempre me conmueve.
Los comentarios a la entrada anterior, "Un acto impúdico" me han hecho sentirme también en conexión. Me he sentido Sullivan descubriendo que ahí fuera hay un mundo de seres afines o no, pero interesados en averiguar, en reflexionar, en profundizar en las cosas, en los sentimientos, en ellos mismos, en los demás.
Gracias por la generosidad que, como muy bien dice Isa, rezuman vuestros escritos. Me han emocionado, debo de estar mayor.
Bueno, mi amigo me ha dado cordiales explicaciones que por respeto a él no voy a trancribir, aunque son sustanciosas: Como es buen polemista, arremete contra mi exaltada defensa de la palabra escrita y dice que todo escrito es espúrio (1) y conduce a la ocultación fácil de la verdad que sin embargo es difícil de ocultar para un oído atento a las inflexiones de la palabra hablada. Es abogado. Sin comentarios.
A mi entender, hay en esto de nuestros blogs algo desinteresado y amateur, aficionado, que la mentira lo haría ridículo.
Finalmente, noto que escribir todos los días no es lo mío, o sí, pero si me lo tomo como una obligación o una disciplina genero poco a poco un rechazo que me obligaría a dejarlo. Intentaré escribirme-os cada tres o cuatro días.
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(1)Bastardo. Falso, contrahecho, adulterado.